·
Es cuando descubres a la abuela
comiéndose el último mango a solas en su cuarto.
·
El año en que pillé a Sebastian
con pinta de geologo y probaba y probaba cuantos minerales tenia la tierra del
patio.
· De adolescente, la chica a la que
le pretendía en ese entonces juraba haber olvidado a su ex y le descubri media
docena de peluches en el cuarto.
·
De niño, cuando le guarde una
nota de cumpleaños a Brenda y nunca se enteró de quien la puso en su mochila.
·
Aquella vez que vendí un par de zapatillas a dos
niños que luego de tenerlas en sus manos se fueron al rio a lavarse los pies
para usarlos y nunca más volvieron; se ahogaron, nunca llore frente a sus
prendas, pero si lo hacia muy dentro de mi.
· Cuando accidentalmente asfixiamos a nuestra mascota
y la pusimos en una caja de zapatos y le lloramos mientras las olas la alejaban
de nuestro descuido.
· Cuando te prometí que solo seriamos amigos y
terminamos llevando una bonita relación que hasta ahora provoca nostalgia.
PARTE II
·
Aquella vez que mi tia nos mando a conseguir
madera para el fogón y nunca se enteró que llame a dos amigos para traer los
restos de troncos que quedaron varados en la isla de en frente, nos aventuramos a cruzar el Apurimac en una
balsa de paloto con tan solo 9 años. Por suerte uno de ellos era natural de
alla y nunca nos paso nada.
· Cuando papá tuvo un pleito con unos policías
en el jr. Ayacucho, lo llevaron a la comisaria y yo caminaba perdido detrás de
ellos sin saber que sucedia. El eco de ese triste rincón jodio mi respeto hacia
los verdes, que les vaya muy bien a mil metros de mi.
· Cuando jugaba a las escondidas a plena luna
llena en el mejor lugar del mundo y coincidimos en hacernos invisibles y nos
rozamos en un beso.
· Cuando sentía cada jueves de madrugada el
sonido de tu partida y lloraba bajito para que sientas mi tristeza y me jures
que regresarías pronto.
· Cuando te extrañaba más que nunca, en los
brazos de papá.
· Cuando nos sentamos a mirar esas pequeñas olas
que despedían el invierno y en mi corazón decía que la amaba aunque nunca nos
dignamos a sacarlo de nuestros labios. Espero que algún día leas esto, porque
lo escribo en lagrimas sabiendo que es algo pendiente entre tu orgullo y el
mio, y aunque a pesar de eso sigamos amándonos en silencio.