viernes, 14 de octubre de 2011

El puca ya no es puca

Esta noche improvisada tuvo un toque especial, sin pactar ningún encuentro, pude sentarme en la mesa del Maestro Falconi, tomamos café, conversamos sobre música y gastronomía, compartimos un Qapchi que tenía una receta misteriosa, dejamos claro que el Puca ya no es Puca, es morado y que el Panca nunca debió salir de la cocina. El Maestro cogiendo la guitarra, recordó  como aprendió a tocarla, que de niño trepaba por el muro para escuchar aquellas serenatas y que el canto lo heredo de su Papá.

Encontraba un placer inexplicable entre la poesía y las escalas, pero prefería compartir su arte, su legado, algo de él. Dejar una nueva generación que no tenga miedo de expresarse, que aprenda a defender su libertad aunque eso muchas veces le cueste la vida. Perdía sentido sin ella, la libertad era la escencia de esa apasionada forma de trinar las cuerdas, eran los versos en quechua voces del alma que habían recobrado fortaleza a pesar de los insultos y amenazas de hermanos que se alzaron en armas. Seguía el bordoneo y él me describía con su canto tristeza y llanto, alegrías y esperanzas.

Tomaba un poco de café para pausar el concierto y amablemente me explicaba el significado del rinconcito que hace mucho había deseado construir, el "Musquy Away". “Tejiendo sueños, no construyendo ni edificando, tejiendo sueños. Porque todo hombre nunca debe dejar de soñar y de luchar por eso que anhela tanto”. Y él anhelaba que su escuela continue, que el arte se cultive en todas sus expresiones, no solo en la poesía, también en gastronomía, en pintura, en literatura, la cultura estaba metida en todo lo que mencionaba, y tenía mucha razón.

Entre notas y un silencioso canto que de pronto se interrumpió, él deseaba continuar con la tertulia pero andábamos ligeros de salud. Yo solo seguí deleitándome con el vibrante arpegio, y en la mesa una líneas de Arguedas, afirmaban el sentimiento que el Maestro predicaba con su música, el expresionismo puro se halla en el hombre quechua, el runasimi que le ha ganado en romanticismo al español y es capaz de enamorar a los oídos de cualquiera.

Poco a poco el café se terminaba, el suyo se enfrió, cogió unos cigarros y la humareda consumo esa pequeña platica que el Maestro Falconi nos compartió.

1 comentario:

  1. Bueno... el expresionismo, en el sentido estricto de la palabra, lo entiendo a deformación de la realidad con una óptica personal. No entiendo mucho sobre qué exactamente deseas decir con ello. Quisiera que me aclares. ^^

    Luis.

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