sábado, 15 de diciembre de 2012

SECRETOS



PARTE I:

·         Es cuando descubres a la abuela comiéndose el último mango a solas en su cuarto.
·         El año en que pillé a Sebastian con pinta de geologo y probaba y probaba cuantos minerales tenia la tierra del patio.
·    De adolescente, la chica a la que le pretendía en ese entonces juraba haber olvidado a su ex y le descubri media docena de peluches en el cuarto.
·         De niño, cuando le guarde una nota de cumpleaños a Brenda y nunca se enteró de quien la puso en su mochila.
·         Aquella vez que vendí un par de zapatillas a dos niños que luego de tenerlas en sus manos se fueron al rio a lavarse los pies para usarlos y nunca más volvieron; se ahogaron, nunca llore frente a sus prendas, pero si lo hacia muy dentro de mi.
·    Cuando accidentalmente asfixiamos a nuestra mascota y la pusimos en una caja de zapatos y le lloramos mientras las olas la alejaban de nuestro descuido.
·     Cuando te prometí que solo seriamos amigos y terminamos llevando una bonita relación que hasta ahora provoca nostalgia.

 PARTE II
·         Aquella vez que mi tia nos mando a conseguir madera para el fogón y nunca se enteró que llame a dos amigos para traer los restos de troncos que quedaron varados en la isla de en frente,  nos aventuramos a cruzar el Apurimac en una balsa de paloto con tan solo 9 años. Por suerte uno de ellos era natural de alla y nunca nos paso nada.
·    Cuando papá tuvo un pleito con unos policías en el jr. Ayacucho, lo llevaron a la comisaria y yo caminaba perdido detrás de ellos sin saber que sucedia. El eco de ese triste rincón jodio mi respeto hacia los verdes, que les vaya muy bien a mil metros de mi.
·   Cuando jugaba a las escondidas a plena luna llena en el mejor lugar del mundo y coincidimos en hacernos invisibles y nos rozamos en un beso.
·     Cuando sentía cada jueves de madrugada el sonido de tu partida y lloraba bajito para que sientas mi tristeza y me jures que regresarías pronto.
·        Cuando te extrañaba más que nunca, en los brazos de papá.
·       Cuando nos sentamos a mirar esas pequeñas olas que despedían el invierno y en mi corazón decía que la amaba aunque nunca nos dignamos a sacarlo de nuestros labios. Espero que algún día leas esto, porque lo escribo en lagrimas sabiendo que es algo pendiente entre tu orgullo y el mio, y aunque a pesar de eso sigamos amándonos en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario